Salida entre matorrales

Después de que nadie quisiera escribir sobre esta ruta he decidido hacerla ( como les da palo...).

Ha sido una ruta larguilla :

Plaza, Campillo, Poblado, Fuente de la Encina, Can Zam, Río hasta la playa y vuelta a casa. Unos 20 Km según Raúl y 25 km según Toni.

Los diablos que han venido han sido:

Toni, Marcas, Julià (seguidor de l'Apm? con experiencia), Borja, Marc, Manchado, Rojano y yo.

El tiempo no es que haya sido muy bueno y eso ha hecho que una diablilla (como Javier dice) no viniera.

El recorrido ha sido bastante rápido ya que por petición de Rojano,que tenía estar a las cinco en casa , aunque el recorrido ha sido largo hemos llegado de sobras a la meta.

Primero nos hemos dirigido al campillo donde nos hemos encontrado con López y David que estaban por ahí.

Como Borja no había ido todavía al poblado y como realmente no teníamos una ruta marcada, hemos decidido ir allí.

Hemos cogido el otro camino que hay detrás del poblado que es más curvado y después de rumiarlo un poco hemos tirado por el TEMIBLE ATAJO QUE NOS CONDUCE A LA FUENTE DE LA ENCINA.... Allí hemos sufrido lo suyo ya que el día anterior había llovido y el suelo era bastante resbaladizo. Se escuchaban gritos de angustia al pincharse todo el rato con los matorrales de diferentes componentes del grupo, el cansancio, el no saber hasta cuando teníamos que soportar esa tortura y las caídas chorras hasta decir basta . Me incluyo en esta última ya que he tanteado mucho la suerte varias veces hasta que me he desequilibrado y he acabado sentada en un matorral y con la bici encima. Qué pena de chavala... En el que al final del atajo, Marcas nos a ayudado a bajar la bicis hacia el sendero hacia la fuente y Toni ha hecho su "tobogán" tradicional. También engañamos a Rojano para que se fuese a su casa por otro camino.

Finalmente nos hemos dirigido a la playa después de discutir el tema de la bici prestada que tenía Marc, que ha tenido que abandonarnos en medio del camino. Allí hemos ido a la aventura por un camino que nos ha hecho perdernos un poco. Menos mal que había un señor por ahí con voz aguda que nos ha guiado.

Esperamos con muchas ganas a que sea mañana para ir a la Torre Vigía (reto que debemos cumplir Carmen y yo) que dudo que podamos llegar a nuestro destino.